Dada la naturaleza evolutiva de estas edades, nuestro enfoque es inherentemente interdisciplinario, centrando el aprendizaje en la acción.
La integración de áreas, permite lograr que los niños aprendan haciendo, explorando, manipulando objetos, experimentando con su entorno y reflexionando sobre lo que descubren.
Fomentamos la curiosidad. Los niños se convierten en protagonistas, logrando aprendizajes a través de la investigación guiada y el desarrollo de proyectos significativos.
Acompañamos el crecimiento físico, espiritual, afectivo, psicológico y cognitivo, asegurando que cada experiencia en el aula nutra todas las dimensiones esenciales del ser.
La evaluación es un proceso que acompaña y guía, no solo mide. Está enfocada en la mejora y la reflexión del propio niño.
Reconocemos que la familia es la primera escuela del amor. Una comunicación constante y fluida con los padres nos permite actuar, de una manera significativa y coherente, acompañando de cerca el proceso de los niños, fortaleciendo el hogar como el principal entorno de aprendizaje.
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